Capacitación como formación profesional
By: Victor Manuel Luna Trillo
La capacitación profesional es una actividad rodeada de cierto misterio y magia que se incrementan en épocas de crisis como en la que actualmente vivimos. Dentro de todas las posibilidades mágicas, hay dos preferidas: su invocación para que mágicamente aparezca para apoyar conflictos y soluciones complicadas y, por otro lado, el deseo de que desaparezca para no generar costos adicionales o distracción de actividades productivas.
Mucho se ha insistido en su importancia para ubicar y aumentar las capacidades y posibilidades de los equipos de trabajo y con esto se han desarrollado diferentes propuestas y metodologías.
A partir del año pasado, con el cambio del ritmo laboral ante la declaración de la emergencia sanitaria a nivel mundial, ciertamente hay una nueva normalidad y dinámica que, en mi opinión, favorece un ambiente propicio para considerar a la capacitación como un elemento más en este nuevo modelo de trabajo. Desde luego que me refiere al trabajo a distancia y a la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s).
Basado únicamente en mi experiencia, opino que la formación académica y la capacitación profesional han evolucionado con características muy marcadas. En 1975, durante mi formación universitaria, la educación estaba basada en tres pilares: la instrucción del Profesor, el acceso a la biblioteca y en la cantidad de información memorizada por el estudiante. Para 1980, se sumaron recursos multimedia gracias a las grabadoras de casetes. En 1982 se popularizó la IBM PC, lo que abrió una gran oportunidad para la capacitación de toda la planta productiva del mundo y con lo que me parece que se dio un cambio sumamente importante, que fue pasar de saber hacer una actividad manual a saber hacer una actividad virtual, digital. Es decir, cambiaron las formas de producción.
Con esto, se inició la revolución de la producción digital en la que la edición de textos, imágenes, bases de datos, videojuegos, aplicaciones CAD-CAM, la automatización, la robótica, la multimedia, las múltiples aplicaciones 3D, la inteligencia artificial, los drones y mucho, mucho más, es el camino en que actualmente estamos y seguiremos recorriendo por mucho más tiempo.
¿Qué reflexión quiero hacer con el comentario anterior? Que la capacitación profesional no solamente debe ser el aprendizaje de una habilidad o conocimiento adicional, sino que debe ser una experiencia integradora que involucre una visión 360° de la interconexión de información en la que actualmente vivimos.
Por lo mismo, hay que cuidarnos del altísimo riesgo de consumir información falsa, incompleta, incorrecta e improvisada y también de dedicar el tiempo necesario para concluir y concretar un conocimiento efectivo.
Todas las áreas profesionales se han actualizado y ampliado. Particularmente, la Ingeniería Biomédica ha tenido una gran evolución los últimos 40 años, por lo que hoy en día, hay mucha normatividad bajo la que hay que operar y estar bien informado y, desde luego, estar al día en los frecuentes avances tecnológicos.
La capacitación profesional tiene que ser continua, creativa, práctica, tecnológica, documentada y multidisciplinaria para que el estudiante genere una habilidad integral con beneficios productivos, creativos y que se puedan compartir a través de una aplicación en un dispositivo móvil. Esto último lo digo en serio.
Gracias por leer este texto y cualquier comentario dirígelo al correo victor.luna@conduitlife.mx
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